Mucho se habla sobre los placeres diurnos del pirineo catalán y muy poco del nivel de descanso que se alcanza en una atmósfera como esta, donde predomina lo rural y la magia. Dormir en la Vall de Ribes no se hace por necesidad, sino por privilegio. Pocas veces vas a tener la ocasión de pasar una noche bajo un cielo como el nuestro. Quedes donde te quedes, dulcísimos sueños.